lunes, 1 de junio de 2009

Un domingo diferente

Salí de mi casa cuando sólo faltaba quince minutos para la una. Habíamos quedado de vernos a las doce en el centro comercial, pero mi costumbre de llegar tarde se repitió una vez más. Así que di una última revisión, todo estaba en orden en la casa y en seguida cerré la puerta. Pero apenas bajaba la tercera grada cuando logré divisar en el fondo de la calle a Doña Toñita a quien desde hacía días esperaba, porque debía regresarme el libro “Como agua para Chocolate” que le había prestado, y yo para entonces tenía que devolverlo a las manos de su dueño. La esperé y al solo llegar le pedí que entrase a la casa pero dijo que iba al centro comercial- al mismo tiempo que de un bolso sacaba el libro-, fue como nos dirigimos, ella a su destino, y yo al mío. Íbamos caminando y mientras yo le preguntaba acerca del contenido del libro, que por cierto me dio la impresión de que no lo había leído, vimos que en sentido contrario al nuestro venía Gina y Lucas, mis compañeros del colegio. Doña Toñita me preguntó acerca de ellos cuando se acercaron, le dije que venían a cocinar a mi casa, y así sin presentar a nadie por el tiempo, me despedí de ella y en seguida saludé a mis compañeros. Caminamos hasta llegar a mi casa. Preparamos el agua porque debíamos hacer “Torrejas en Miel” y mientras mi abuela nos hizo el favor de depositarle el dulce que Lucas había traído, nos dirigimos al supermercado para comprar huevos, aceite y pan. Estando en el lugar Gina acompañada de su instinto de mujer caminó por los pasillos viendo las cosas que el súper contenía mientras Lucas y yo nos aburríamos ahí paradotes.
Mientras el tiempo corría la aflicción aumentaba porque no había ni un solo lugar donde vendieran pan para hacer Torrejas. Fuimos a tres supermercados y nada. El tiempo para hacer torrejas había acabado pero nosotros debíamos hacer la tarea que correspondía a la materia de artística. La maestra quería que decoráramos esa comida lo mayormente posible.
Lucas había sido en los últimos meses el alumno más destacado en la materia. Gina no tanto, pero sí participaba, así que era la más hablantina de la clase. Yo estaba bien en cuanto a la materia, simplemente debía mejorar algunos detalles. En el colegio todos tenían a Gina como la más decente de todas las estudiantes. A menudo se veía a una que otra chica besándose con uno de esos patinetas rockeros. Pero Gina no. Ni siquiera se atrevía a besar a uno de los estudiantes: ¿qué diría la maestra Guadalupe? O peor ¿Qué diría el profesor Oswaldo?

Buscamos en cuatro panaderías pero no fue sino hasta la quinta donde encontramos el pan. Por cierto era el último que tenían. Más que contentos regresamos a mi casa y comenzamos a cocinar. Mi abuela dijo que iba a visitar a mi tía que vivía a tan sólo una cuadra. Me encaminé mientras Lucas y Gina hacían el recuento de lo que habíamos gastado. Mas como no se apuraban regresé a donde estaban y para mayor sorpresa los encontré besándose. Sin hacer ruido volví a la cocina y unos segundos después llegaron como si nada. No dije nada. Solamente permanecí serio contando el número de veces que Milton, otro de mis compañeros, me había dicho cuánto estaba enamorado de Gina. Pero él sabía que Gina nunca le haría caso. Ella decía que el colegio tenía reglas católicas muy estrictas y de que había que respetarlas.

Terminamos de hacer las torrejas y cada vez que me dirigía a colocar un plato a la lava trastos Gina y Lucas se besaban. Lo supe porque cuando regresaba a la cocina se ponían nerviosos. No sabían ni siquiera disimular.

Al día siguiente que fuimos al colegio la maestra revisó nuestra comida y obtuvimos la mayor calificación. Nadie, ni el Padre ni los maestros supieron lo sucedido. Yo nunca les comenté nada. Lucas y Gina continuaron haciendo de las suyas. Un día tuvieron que descubrirlos. Esa es otra historia. En aquél momento sólo me preocupaba el silencio que le guardaba a Milton y la tristeza de cuando me decía: “Por lo menos amo a alguien decente y estoy conforme de que no anda con migo pero tampoco anda con nadie más”.

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